Sin duda este año complicado de pandemia y modificaciones en el estilo de vida, y además de estos nuevos factores, los amantes de los libros hemos compartido otra constante este dos mil veinte: nuestro amor por los libros y la lectura nos ha salvado. A título personal, tuve la fortuna, por que fue casi por casualidad que descubrí el Maratón Guadalupe-Reinas el año pasado y conocí a las Beforas, recuerdo que cuando escuché las consignas elaboré mentalmente mi TBR y dos días después fui entendiendo cuál era exactamente la dinámica y cuál era el objetivo, así que reorganicé; pero lo más emocionante sin duda fue ir conociendo a las Beforas, “interactuar” con ellas a través de sus redes y además salir de mi zona de confort. Al mismo tiempo darme cuenta de lo poco visibilizada que tenía a muchas talentosas escritoras de una enorme serie de géneros, cómo es que había transcurrido tanto tiempo en mi vida de lector sin saber de ellas, solo limitada a las más famosas y dejando fuer
Los libros siempre nos salvan; siempre podemos correr a ellos, nos acogen, nos cobijan, nos prodigan.